domingo, 5 de mayo de 2013

YO TAMBIÉN HE ABORTADO. Artículo de LLum Quiñonero


Yo también he abortado es un espléndido y emocionante artículo de Llum Quiñonero que comparto como blog invitado. Confío en que os guste tanto como a mí. 
"Copiado del blog de Nuria Varela".

YO TAMBIÉN HE ABORTADO
Yo he abortado; mi mejor amiga, también lo hizo; mi vecina y su hija, la catedrática de arte, la concejala de cultura, la jueza del juzgado número 4 y su secretaria; la teniente de la policía municipal, la barrendera de mi calle, incluso la mujer de Felipe Borbón, Letizia, esa chica delgadita, que fuera periodista y ahora es madre de una infanta, lo ha contado suprimo en un libro hace nada; hemos abortado; incluso, quién sabe si también ha abortado alguna ministra del gobierno del PP, que está en su derecho, o sus madres, sus tías, sus abuelas. Tengo una lista inacabable de mujeres que en algún momento de sus vidas han interrumpido su embarazo; que lo han hecho legalmente y en condiciones excelentes para su salud. Tengo también una lista enorme de mujeres que lo hicieron en la ilegalidad antes de 1985; de mujeres que murieron por abortos clandestinos, de mujeres que fueron detenidas y juzgadas por abortar ellas mismas o por ayuda a otras a hacerlo. Recuerdo nuestros esfuerzos en aquellos años por dar información a las mujeres, por organizar en condiciones viajes  a clínicas en Londres o a Holanda en las mejores condiciones, por defender la educación sexual.
¿A dónde vamos a parar si no frenamos esta avalancha reaccionaria, integrista que ataca por todos los frentes? Se trata de nuestra vida, de nuestras libertades, de nuestros cuerpos.
Nos costó mucho esfuerzo militante conseguir el derecho al aborto, un derroche descomunal de energía en intervenciones públicas y una tremenda movilización social en todos los sectores. En los primeros ochenta, mientras el feminismo daba sus primeros pasos hacia la vida institucional, en la calle se batía el cobre en defensa de la maternidad libre y contra la injerencia de la Iglesia y del estado en materia de soberanía de cada mujer sobre su cuerpo.
En 1985, la Comisión pro-derecho al aborto del movimiento feminista, en Madrid, participamos en el programa,–entre el público, claro– Si yo fuera presidente, invitadas por Fernando. G. Tola. En la mesa, Gallardón padre e Isabel Tocino, entonces ministro de Justicia (que nombre tan inadecuado para un ejercicio tan pertinaz de la desigualdad) del gobierno de Alianza Popular y la responsable de la Condición femenina, del mismo partido, miembro del Opus.
Mi responsabilidad
Aprovechamos que, en un gesto de participación, Tola cedió la palabra al público y entonces me atreví: “ Yo he abortado”, dije. Este no es un debate sobre leyes. Es un debate sobre la vida y sobre la libertad de las mujeres. Yo he abortado; como lo han hecho miles, decenas de miles de otras mujeres, lo consientan ustedes o no. Lo he hecho bajo mi responsabilidad y en contra de sus leyes que condenan a las mujeres a la clandestinidad y a la cárcel, porque es a mí a quien me corresponde decidir sobre mi vida. Soy una mujer más, como millones; es mi decisión y reclamo el derecho de abortar en libertad y con garantías para mi salud. Algo así debí decir, en una intervención improvisada que entonces me pareció eterna. Hubo un revuelo en el plató; parecía que se iba a cortar la grabación. Pero yo continué y siguieron grabando; otras de mis compañeras también tomaron la palabra. Y el programa se emitió sin censura, ampliando el debate en la calle.
Fue emocionante la reacción de buena parte de la gente del plató, del equipo de realización que vinieron a abrazarme en unos minutos de descanso; días después, en la calle y en el metro de Madrid, hubo mujeres que me reconocieron y que vinieron a saludarme, agradecidas.
Gallardón y Tocino eran el poder; representaban la derecha ultraconservadora y la voz de la iglesia más hostil, acostumbradas a gobernar a su antojo; pero allí estábamos, representando la voz dela calle, expresando las necesidades de la mayoría: “Queremos garantía para abortar en libertad. El cuerpo es mío, la decisión me pertenece”.
Han pasado casi treinta años. Isabel Tocino sigue en el Opus y en Consejo de Administración de Banif, una filial del banco de Santander. Gallardón padre murió en 1986 de un derrame cerebral . Su hijo, ministro de Justicia (que título tan inadecuado) se empeña hoy en hacer retroceder la historia al lugar en el que perdió la batalla su padre. Como él, señorito,  defensor de señoritos.
Así que hay que volver a la batalla cuerpo a cuerpo. Porque del cuerpo se trata. Y de la vida.
Yo también he abortado.

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