Querida Marcia:
Tú, que nos has dado una lección de saber enfrentarte a la muerte con valentía.
Tú, nunca te irás de nuestras vidas.
Te has cambiado de lugar, te has ido a ese viaje que nosotros algún día haremos y nos volveremos a encontrar.
Siempre estarás presente con tu sonrisa, tu alegría, tu saber estar, tu sabiduría…
con esa paz y esa armonía que siempre nos has transmitido.
Siempre te recordaremos. Cuando bajemos a la “Playa Chica”, asomada en tu balcón mirando al Mar…como tú siempre quisiste vivir.
Al lado de tu gran Amor, de tu Ángel de la Guarda.
La muerte no nos roba a los seres queridos, al contrario, los guarda los inmortaliza en el recuerdo.
La vida si que nos los roba muchas veces.
“Marcía, eres una mujer que cuando abres los brazos arreglas el Mundo”.
Te queremos.
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