Sin saberlo, he sido feminista desde siempre.
Tomé conciencia de ello poco a poco, de manera intuitiva.
Me creía una joven de izquierdas, luchadora, me comía el Mundo. Era feminista.
Desde pequeña, mi padre me había enseñado aquello de Libertad, Igualdad, Fraternidad. Me llevaba los sábados al cine-forum en la sede de la UNESCO, en Tirso de Molina. Me hizo coger el gusto a la lectura, debatiendo juntos. Me hablaba de todo lo que significaba en la vida,la Educacion y la Formación. Me decía que los hijos y las hijas de las familias obreras tenían el mismo derecho a ir a la Universidad que aquellas y aquellos de las ricas. Me hacía viajar mentalmente recorriendo el Mapa político de Europa.Me enseñaba a ser independiente de una manera curiosa: los domingos me llevaba al metro, sacaba dos billetes, me daba uno a mí, me mostraba en el plano una parada indicándome que allí me esperaba. Viajaba sola hasta la meta. Al salir, compraba la prensa y nos sentábamos a leer.
De joven, di mis primeros pasos en los Sindicatos como Secretaria en el Comité de Empresa de mi primer trabajo (allá por el 1.977), Me sentía pletórica y orgullosa de los logros conseguidos. Luchaba por todas y por todos.
Nunca he parado de ser reivindicativa, luchadora, aún sufriendo en lo personal, con mis propias contradicciones, mis subidas y bajadas, mis idas y venidas.
Pertenezco a esa generación que vivió los últimos coletazos del Franquismo, y luchamos en las calles, en los campus universitarios, en las fábricas, en las empresas por alcanzar esas libertades que trajo la Democracia.
Derecho a hablar sobre cualquier tema social, cultural, político, sin miedo a que te metieran en comisaría.
Derecho a decidir libremente tu vida sexual y reproductiva. Las primeras píldoras anticonceptivas las traíamos de Francia, Inglaterra. Teníamos que ir a abortar a Londres y/o Amsterdam, con el miedo en el cuerpo de lo ilegal, y, con el añadido del esfuerzo económico que suponía; y, siempre que tuvieras el conocimiento de la existencia de ayuda como la ofrecida en la clínica DATOR.
Derecho a un trabajo digno.
Derecho a la Educación Pública y Gratuita.
Derecho a la Sanidad Pública.
Sencillamente, Derecho a los ¨Derechos Humanos¨, tras la opresión de los cuarenta años de Dictadura.
Hoy, con las políticas ultraconservadoras de la Derecha que nos gobierna, las feministas necesitamos más que nunca alzar nuestras voces en defensa de los derechos de las mujeres que están siendo arrancados de cuajo tras tantos años de lucha.
Necesitamos un resurgimiento de los movimientos de defensa de las mujeres y del feminismo como respuesta a esta gravísima situación: anti-aborto, educación religiosa y segregada, Universidad para ¨pudientes¨, incremento de la violencia machista, paro, desahucios, preferentes, ...
Las mujeres siempre hemos reivindicado una vida mejor para todos y para todas. Hemos tenido protagonismo en las revueltas y movimientos sociales, pues busquemos sinergias feministas.
Vicenta Monge.
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